Fue muy buena. La atención fue muy profesional y la estadía muy cómoda. La vista es muy bonita. Me gustó que estuviera al frente de la Nacional con vista a las montañas. La habitación era cómoda. Y la atención fue muy impersonal, profesional, lo que es bueno, porque era un plan en pareja. Hubiese sido incómodo preguntas a nosotros o comentarios jocosos, por tratar de tomar confianza.
De los inconvenientes pequeños, la habitación al estar al lado de la 26 era un pogo ruidosa, por el tráfico. También, la habitación tenía nevera, pero estaba vacía. Con respecto a la atención, al inicio nos dijeron que el desayuno podía ir a la habitación y al día siguiente tuvimos que subir, porque nos dijeron que no había desayuno a la habitación. Finalmente, el chef, de vez en cuando (quizá sea solo impresión mía) miraba indiscretamente a mi novia un poco.
Solo me queda decir que el aspecto del hotel desde afuera es muy bonito. El color, le lugar y sus decoraciones. De nuevo, la ubicación hace que se destaque.