Nos gustó la estancia, el cuarto muy bonito con techo de madera, muy silencioso y personal muy atento. Buena la cena en el restaurante del hotel. La única deficiencia fue el piso del cuarto, que estaba sucio (nos dimos cuenta porque los niños jugaron con los cochecitos al suelo y terminaron con rodillas, manos y pies negros negros). Todo lo demás (sábanas, baño, etc) lo encontramos limpio.