El hotel tenia cerrado el restaurante por reforma. No habia manera de cenar por los alrededores, ibamos con un niño y en el hotel no habia nada. En el pueblo tampoco habia nada cerca, ni una triste máquina de vending. El mismo personal del hotel nos aconsejó que fueramos al hotel de al lado, efectivamente no solo tenia bar, tambien tenia restaurante e imagino que room service. Mucho más moderno y mejor atendido. De las dos habitaciones que reservé, de una salia un olor horrible del baño y de la otra se salía el agua de la ducha, encharcando todo el suelo. El publo en general bien, pero ni una triste tienda de souvenirs, lo unico que habia eran asadores y por supuesto un domingo por la noche tienes que ir andando al centro del pueblo a comer. No volveremos.