Hotel renovado y muy cómodo, muy cerca de las tiendas y restaurantes de El Chaltén sin estar en la calle principal que es más bulliciosa.
Estuvimos en una habitación en la planta baja, y es cierto que se escuchaba mucho ruido cuando los vecinos de arriba subían o bajaban las escaleras. Por lo demás, super tranquilo.
El desayuno no está mal aunque podría ser más completo.
Lo mejor, la atención del personal de recepción, que nos recomendaron los mejores días para organizar nuestras salidas de trekking en función del clima y acertaron totalmente. Fueron super amables y nos ayudaron mucho!
Ah, y justo al lado tienen el bar TUNDRA, con una happy hour que merece la pena aprovechar :)