Solo estuvimos una noche en el hotel. Nos enamoramos de la ubicación, en el verde absoluto rodeado de montañas nevadas.
Personal de verdad muy amable, nos hicieron sentir como en casa. También muy amable de aceptar a nuestra perrita que ha podido desfrutarla del jardín y de la absoluta naturaleza.
El restaurante es un poco caro comparado con la media de las estructuras circundantes, pero todo muy bueno y porciones generosas, no podíamos quejarnos. El desayuno también es excelente y abundante, ¡volveremos a visitarlos! Gracias por todo :)