El Castillo Nijo es un testamento del poder del shogunato Tokugawa durante el periodo Edo (1603-1868). El castillo fue la fortaleza de la familia que controlaba a Japón durante esta época, relegando al emperador a un gobierno meramente simbólico. Para defenderse de sus enemigos, este castillo fue construido con dos palacios, dos murallas de piedra y dos fosos. Si quieres aprovechar al máximo tu visita al castillo Nijo, puedes rentar una audioguía en inglés en el kiosco que está a la entrada, en la impresionante puerta este. Esta audioguía te permitirá aprender más acerca de la fascinante historia del lugar. Explora el palacio Ninomaru, declarado como Patrimonio de la Humanidad. Este palacio posee más de 30 habitaciones con piso recubierto de tatami (esteras de paja entretejida) y con opulentas pinturas. El palacio está diseñado en buena medida para provocar el asombro, y aquí podrás ver muchas superficies recubiertas con hoja de oro. Recorre la sala de los artistas, el almacén de arroz, las salas de reuniones y las habitaciones del shogun. Pero camina despacio, ya que los pisos fueron diseñados para hacer ruido y alertar así a los habitantes en caso de que hubiera intrusos. Visita también las ruinas del palacio Honmaru, que fue arrasado por un incendio en el siglo XVIII. Explora las habitaciones en donde vivían y cocinaban los sirvientes, así como las áreas donde se atendía a los invitados. No puedes perderte los jardines del palacio, con diseños que han permanecido prácticamente idénticos durante cientos de años. El jardín Ninomaru tiene un estanque con tres islas conectadas entre sí mediante puentes. En la parte norte del complejo, el jardín Seiryū-en combina aspectos japoneses tradicionales y occidentales, así como dos casas de té, las cuales se usan para eventos culturales. Durante algunas épocas del año también puedes tener el placer de ver florecer los ciruelos y los cerezos. El viaje en autobús desde la Estación Kioto, el principal centro de transporte de la ciudad, hasta el Castillo Nijo toma alrededor de 20 minutos. Cerca de él también hay una estación de trenes y un estacionamiento con parquímetro. El castillo tiene un costo de admisión y abre casi todos los días, excepto los jueves durante algunos meses del año.