El estado de Louisiana, como ningún otro en la Unión Americana, ha demostrado que sobreponerse a las peores tragedias requiere carácter y coraje, pero solo es posible gracias al espíritu de comunidad. Devastado por el huracán Katrina en el 2005, actualmente se encuentra rehabilitado casi en su totalidad y la población ha ido recuperando paulatinamente su alegría de vivir.
Nueva Orleáns, la capital y lugar de nacimiento del trompetista Louis Armstrong, es una de las ciudades más alegres y multiculturales del mundo, con una oferta de hoteles para todos los presupuestos. Ubicada en la planicie del delta del río Mississippi, su French Quarter o Barrio Francés posee un ambiente de fiesta que se respira todo el día, pero al anochecer se intensifica y las notas del jazz salen de todos los rincones. Es usual ver una banda callejera atravesar por la plaza Jackson, seguida de turistas y locales que se unen a su recorrido bailando y cantando. En Mardi Gras (temporada de carnaval) la multitud inunda las calles y todo el centro histórico. Muchos de los edificios de esta zona están catalogados como patrimonio de la humanidad por la UNESCO, que también ha considerado patrimonio intangible la cocina cajún (de influencia francesa) característica de la ciudad. Al visitar Nueva Orleáns es obligado darse una vuelta por el Museo del Vudú y conocer más de esta práctica religiosa. La mayoría de los hoteles de Nueva Orleáns han sido remodelados y están listos para recibir a los visitantes.
En la cercana Baton Rouge se encuentra el campus de la Universidades de Louisiana y Southern. Esto le brinda a la encantadora ciudad un ambiente intelectual y muy sofisticado, que se condimenta con una amplia variedad de museos, galerías y sitios culturales que exploran la herencia francesa y africana de la región. Una de las actividades favoritas de los visitantes y de los locales es correr a lo largo de la orilla del Mississippi para disfrutar de su impresionante belleza, pero hay que tener en cuenta la temperatura, sobre todo en verano cuando la humedad puede hacer que 32 grados se sientan como 40. Por su parte, la ciudad de Lafayette celebra su herencia acadia con un festival a finales de septiembre, en el que los músicos se consagran a interpretar las piezas características de esta cultura y la cocina cajún ofrece sus más tradicionales platillos, como el conejo en salsa realizada con las especias cajún, o la morcilla, un plato que combina pescado, carne y arroz aderezado, otra vez, con las hierbas tradicionales. Durante el festival Internacional de Louisiana, a finales de abril, la dosis de música de violines y acordeones se repite, aunque la ciudad acoge a todo tipo de opciones. Tanto Baton Rouge como Lafayette tienen algunos de los mejores hoteles de la región; además, las posadas y hostales para estudiantes también están disponibles al ser éstas ciudades juveniles por excelencia.