Caminar entre el olivar que conecta dos de los pueblos más bonitos de la parte noroeste de la isla le brinda la oportunidad de admirar magníficas vistas al mar y a la tierra.
Después de visitar el castillo bizantino de Angelokastro, comenzaremos a caminar por el sendero que conecta dos de los pueblos más tradicionales de la isla, disfrutando de la tranquilidad que brinda la lejanía de la zona.
El momento en que nos enfrentamos a la «puerta del cielo», donde comienza el sendero del burro, es uno de los momentos más destacados que permanecen en nuestra memoria mucho tiempo después de que terminen nuestras vacaciones.
¡Nuestro día terminará admirando y capturando momentos de probablemente la puesta de sol más impresionante que hayas experimentado! No entre cientos de personas, ¡sino caminando por un sendero estrecho que los lugareños suelen usar en sus burros!