Que hotel más hermoso y perfecto! Súper lindo, en una zona súper tranquila, céntrico a tan solo minutos caminando de todo, el personal más amable del mundo y la mayor comodidad que puedan imaginarse. Ofrecen servicio de transporte desde y hasta al aeropuerto, el cual puede ser por un monto adicional, pero con un personal altamente capacitado y amable. En cuanto al hotel en sí, es frío pero tiene caefacción en todos lados por lo que si eres una persona que siempre anda congelandose como yo, no tendrás de qué preocuparte. Las camas son EXTREMADAMENTE cómodas, el desayuno y las comidas del restaurante super deliciosas, todo super fresco y hecho a la perfección, aunque para mí la estrella fue el jugo de naranja y el pisco de maracuyá. Asimismo, debo destacar el servicio del SPA, el cual fue esoectacularmente relajante y la experiencia de la cámara hipervárica me ayudó a que no sintiera mal de altura en ningun momento. Muero de ansias por volver a cusco tan solo para hospedarme en este hermosísimo hotel nuevamente.