Por dónde empezar...
Lo bueno: la situación para conocer el Cabo de Gata, que el edificio tiene posibilidades, las habitaciones son amplias, el aire dentro funcionaba bien, y la trabajadora que nos atendió (que ahora os cuento) era muy agradable. Además cerca habia una cafetería buenísima. El tener un supermercado en el mismo edificio viene bien.
Lo malo: llegas y tienes que entrar cruzando el supermercado (en plena pandemia COVID); una de las cajeras del super es la chica de recepción, a la cual pudimos ver sobreexplotada (recepción, cajera, reponedora, ayuda en la descarga de camión...); La recepción vacía el resto del día, no la vimos de otra manera en toda la estancia; los baños están mal (la ducha con óxido, moho y sobres de gel pegado en los cristales... geles que ya no son ni siquiera los que dan, así que imaginad el tiempo que llevarán allí); el calor en los pasillos es terrible; la habitación no cerraba por dentro; repusieron las toallas solo para uno; mobiliario viejo o mediocre...
En fin. Para lo que pagas no merece la pena.