Gracias a sus bellezas naturales Durango, la tierra de Pancho Villa, ha sido escenario de múltiples películas hollywoodenses. El desierto dorado sirvió para que John Wayne trabajara ahí en 7 filmes y, enamorado del lugar, decidiera comprar un rancho, La Joya, que actualmente es una de las principales atracciones turísticas del estado.
Ubicado al Norte de México, Durango cuenta con algunas de las rutas turísticas más notables del país, entre otros motivos porque fue la puerta de entrada de la conquista religiosa de la zona por parte de los misioneros españoles. A lo largo del estado se pueden apreciar docenas de iglesias y edificios levantados en el siglo XVI, algunos de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca en esta área. La llamada Ruta de las Misiones, que tiene como centro la ciudad de Canatlán, cuenta con hoteles de la mejor calidad y a precios muy bajos (aunque también existen algunos de precios más elevados, pero nunca excesivos).
El estado de Durango se encuentra atravesado por la Sierra Madre Occidental, una cordillera con picos que alcanzan hasta 3000 metros de altitud, idóneos para practicar la escalada en roca y deportes extremos. La ciudad más importante en la región es El Salto, muy cercana al famoso Espinazo del Diablo y Mexiquillo, los puntos más conocidos de la zona. Tanto El Salto como sus alrededores cuentan con hoteles económicos y cómodos. Se pueden consultar listas de hoteles y mapas de su localización en Internet.
Entre las atracciones más visitadas está la famosa Ruta de Villa, conformada por los lugares en los que el general revolucionario realizó acciones significativas. Incluye a la hermosa ciudad de Gómez Palacio, donde se llevaron a cabo algunas de las primeras batallas del conflicto armado, además de la casa donde nació el Centauro del Norte y la Hacienda de Canutillo, donde llevó a vivir a sus tropas después de firmar la paz. La lista de hoteles recomendados en la zona es muy amplia.
Por último, la ciudad de Durango, con su arquitectura extraordinaria, plazas, jardines y teatros, merece mención aparte. Particularmente en el mes de julio, cuando celebra el aniversario de su fundación con una feria. Es una ciudad poblada de museos, restaurantes (el queso de la región se considera de los mejores en México) y está ambientada con música norteña. Hay que visitar el parque temático del Oeste, para pasar una tarde entre indios y vaqueros, como si se viviera dentro de una película de este género. Y por supuesto, disfrutar de la gastronomía duranguense, toda una delicia.