Cuando llegamos en horas de la tarde las dos habitaciones tenían desagradable olor a orín y humedad y una de las dos que contratamos no tenía agua por alguna falla del servicio. Enviaron un fontanero que ensució todo el baño y los pisos pero no resolvió el problema y pretendieron que los pasajeros esperaran una eventual solución al problema durante la noche, sin poder ducharse ni higienizarse. Ante la falta de respuesta y atención por parte de los responsables (ya que el conserje tuvo buena voluntad pero no era autorizado al cambio) exigimos un inmediato cambio de habitaciones, bajo intimación de denunciar al hotel ante las autoridades de Turismo, ya que el olor era insoportable y la calidad de ambas no era lo que anunciaban en su aviso, además de que pese a ser de "lujo" tenían servicios y muebles de muy baja calidad. Tras algunas discusiones, cerca de la 1 de la madrugada nos cambiaron de habitaciones. Los pasajeros que ocupaban la que no tenía agua fueron alojados en una de categoría de las más altas, aunque en dos ocasiones tampoco tuvo agua en los cinco días de estadía. La otra habitación era de categoría superior y ambas estaban ubicadas más próximas al ingreso al hotel, ya que las originalmente asignadas, pese a ser supuestamente de "lujo" estaban en el nivel más bajo del hotel, por lo que había que subir y bajar largas y escaleras poco seguras que no reúnen mínimas facilidades de acceso para un hotel que pretende cinco estrellas.